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  • Foto del escritorCarlos Ricalde

¿Qué quieren las mujeres? Parte II

Luchar por la igualdad de género es el anuncio de una muerte prematura. Se debe luchar por un nuevo sistema educativo.


¿Se acaba la especie humana?

Como veo doy

Parece inevitable, por una causa incuestionablemente natural, la permanencia de un conflicto entre la libertad de acción y la crianza y manutención de la madre y la educación de los críos.


Cada vez es mayor el número de hombres y mujeres que no quieren adquirir compromisos de crianza. En especial, lo mismo está pasando con las lesbianas que en el fondo exhiben su poder para tomar decisiones. Toman el control de su cuerpo y de facto desechan la imposición reproductora del sistema patriarcal.


De igual manera, demuestran con esa actitud, que tanto la homosexualidad como la heterosexualidad son conductas no implícitamente naturales y sí aprendidas socialmente basadas en temores, prohibiciones y discriminaciones.


Desconocer a la naturaleza puede ser peligroso. Si este comportamiento sigue así ¿se acabaría la especie? No será para tanto, porque aún quedan muchos y muchas que les gusta vestir de blanco.


Enterremos el pasado

Durante siglos la mujer ha vivido oprimida por el hombre y éste en general la ha maltratado. Muchas veces consciente y otras por inercia porque, incluso, por cientos de años llegó a parecer una normalidad. Así, también parece increíble que hace muy poco (1955) a la mujer se le "concedió" el derecho de voto en México y de ahí hasta los años 80 casi todo seguía igual. Por ello, la relativa libertad adquirida, su capacidad para organizarse y manifestarse y su poder para levantar con fuerza una voz de protesta, acaso no tiene más de 40 años.


Por esta razón se entiende que el movimiento feminista navegue en un mar de incertidumbre con buenos propósitos pero inadecuada ejecución. La mujer en esta lucha de justicia y reconocimiento, no tiene porqué copiar al hombre ni disfrazarse de él ni aspirar a lo que hace, aunque no esté de más. Tratar de igualar al hombre es un reconocimiento implícito a su superioridad, lo cual por lo visto, es una percepción falsa. Así que, arrojadas y valientes féminas, hay que construir un camino propio. ¿Puede ser?

La equidad de género se opone a la violencia de género

¡Claro que puede ser! Y comienzo por recomendar la sustitución de la palabra género por la de persona, ya que ésta última no tiene ninguna connotación sexual y se refiere únicamente a la especie humana. Nacemos iguales, sin embargo, desde los primeros días de nuestra vida, en vez de unirnos nos empiezan a separar: ropita rosa para la princesita y azul para el campeón; muñecas para una y carritos para el otro. La lucha por la igualdad se basa en que ambos sexos son opuestos, desiguales naturalmente, premisa falsa que obstaculiza la visión contraria, que si partiera del concepto de persona, sería evidente que somos lo mismo, seres humanos hechos del mismo barro. También me parece un punto de partida falso, reconocer una subordinación de la mujer al hombre, cuando lo que ha habido y hay, es una imposición, un sometimiento forzado de su voluntad. En consecuencia, la lucha debe orientarse hacia lograr algo superior a la simple igualdad, que ya lo somos, o a la equidad de género cuyo concepto debe sustituirse por otro, por ejemplo, por el de persona como hemos venido diciendo.


Conclusión

Hay mucho más que decir y opinar sobre el movimiento mundial feminista. Será para otra ocasión. Por ahora, vamos a cerrar este artículo con dos declaraciones claves:


Rendijas

La protesta ante cualquier injusticia, aún expresada con dolor y rabia, nunca debe acompañarse de destrucción de objetos materiales.


La equidad de género se opone a la violencia de género. Mujeres de México, eviten la provocación.



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